La reforma curricular chilena ha propuesto nuevos y amplios objetivos fundamentales y contenidos mínimos obligatorios para los estudiantes en todos los niveles de la enseñanza, desde la educación parvularia a la enseñanza media. En este contexto general, la educación física ha pasado por modificaciones importantes. Ella se concibe como un sector de aprendizaje cuya finalidad es expandir el abanico de conductas
motrices de los estudiantes, más que una disciplina centrada en la práctica deportiva,
tal como lo era hasta hace poco. Esa nueva educación física planteada sobre temas tales como la vida activa y la salud, desarrollar actividades al aire libre y en contacto con la naturaleza, lanza desafíos importantes a los profesores de educación física chilenos. Pero ¿cuál es la representación que ellos tienen de la disciplina que enseñan? ¿Esta representación de la educación física está en concordancia con las nuevas
demandas culturales en el dominio corporal plasmadas en la reforma? ¿Existen otras visiones o modelos de educación física aún vigentes y que representen un freno a los cambios propuestos?