Este artículo propone la necesidad de combinar el análisis técnico con la participación ciudadana en el diálogo sobre políticas educativas que permita a los países emprender procesos profundos, efectivos y sustentables de reforma educativa. El artículo discute el porqué de la participación y del análisis y la lógica de intentar la articulación entre estos dos procesos. Luego examina un caso en el que esta articulación fue lograda exitosamente: El Salvador, en los años inmediatamente posteriores a la firma de los Acuerdos de Paz. Finalmente, el artículo deriva varias lecciones de este caso y propone elementos para un modelo que permita un diálogo sobre políticas, tanto técnico como participativo.