Este artículo argumenta a favor de un enfoque integral para crear un sistema que evalúe y apoye a los profesores. La autora sugiere que este sistema debería incluir cinco elementos clave: 1) estándares estatales comunes para la enseñanza que garanticen un aprendizaje real y que rijan toda la profesión; 2) evaluaciones de desempeño, basados en estos estándares, que orienten funciones estatales, tales como formar a los docentes, habilitarlos para el ejercicio de la profesión y certificar niveles avanzados de desempeño; 3) sistemas locales de evaluación inspirados en los mismos estándares para evaluar la calidad de la enseñanza in situ, basados en distintos criterios de medición de la práctica docente y del aprendizaje; 4) estructuras de apoyo que garanticen la disponibilidad de evaluadores capacitados y de mentores para los profesores que requieran ayuda adicional, así como la toma de decisiones justas en materia de recursos humanos; y 5) oportunidades de desarrollo profesional que permita a los profesores mejorar su labor y la calidad de la enseñanza. Sobre la base de investigaciones y ejemplos de buenas prácticas, este artículo expone a continuación cómo debería operar cada uno de estos elementos.