En estudios anteriores que hemos realizado sobre la realidad lingüística y cultural
indígena, hemos identificado la ruptura de los circuitos tradicionales de producción y
reproducción de las lenguas indígenas como una de las causas principales de la pérdida
de su vitalidad, algo que debería corregirse, según el discurso de autoridades públicas,
intelectuales y agrupaciones indígenas, a través de iniciativas como el Programa de
Educación Intercultural Bilingüe (PEIB). En este artículo realizamos una evaluación
crítica de este programa de relevancia nacional, dada la condición multicultural y
multilingüe del país, respecto del carácter intercultural y bilingüe de las experiencias
desarrolladas en diversos colegios urbanos y rurales de Chile. Como resultado,
descubrimos que en un nivel estructural, no se disponen de los recursos necesarios para
dar continuidad en el tiempo a la iniciativa, y esta depende del desempeño individual
de las comunidades, de los profesores y de los directores antes que de las instituciones
responsables (Corporación Nacional de Desarrollo Indígena [CONADI], Ministerio
de Educación [MINEDUC]). En su dimensión (inter)cultural se evidencian
representaciones sociales en conflicto en torno a los contenidos de lengua y cultura
indígena, y la figura del educador tradicional como transmisor de los saberes culturales.
Se concluye que el PEIB se constituye en una medida política pública que reproduce
las relaciones asimétricas y las representaciones sociales sobre el sujeto indígena que
propone superar: el indígena subordinado al «civilizado», sin voz ni agenda propia,
en condiciones precarias, con bajo estatus y cuyos sistemas locales de producción/
transmisión de conocimiento carecen de legitimidad.