La ley de Nueva Educación Pública (NEP) ha determinado una reforma profunda del sistema escolar público en Chile, transfiriendo las escuelas administradas por municipios a servicios estatales dependientes del Ministerio de Educación. Esto implica un proceso de recentralización e incremento de la escala administrativa inédito en el mundo. En este artículo analizamos cualitativamente su implementación en un servicio local de educación pública que integra tres municipios del Gran Santiago. Identificamos severas falencias de diseño institucional que generan sufrimiento laboral, compensado por un sentido heroico con el que los funcionarios aspiran a mejorar el futuro de los niños y de la educación pública. Esta situación no es sostenible en el tiempo y es necesario mejorar las condiciones de trabajo para garantizar la calidad de la educación en este servicio. En este sentido, destacamos la necesidad de mejoras urgentes para el funcionamiento administrativo de la NEP en términos de gestión financiera, capacidades humanas y aprendizaje institucional.