La relación entre lo universal y lo particular, así como entre la del ser y el devenir formaron parte de los problemas fundamentales por los que se preocupó la filosofía desde su origen, y siguen preocupándola, pese a la crisis de los “grandes relatos” filosóficos. Ambos problemas se hicieron más agudos aún con la emergencia de la Idea de educación y su puesta en obra pedagógica: Emile ou de l’éducation de J.-J. Rousseau, desde este punto de vista, es característico de un universal de la educación que se hace patente a través del destino particular de un individuo llamado Emile, y su ser se va constituyendo a lo largo del recorrido de humanización que va llevando. Entonces la cuestión es saber cómo lo específico del saber de la educación puede traducirse en un quehacer específico de la investigación.